Escrito por Redacción SJN
25 Jul

A veces debe ser… aunque no tengamos «ganas».
Y tampoco todo es «tener ganas».
A veces se debe decirle «no» a las ganas porque están reñidas con un valor que las supera.
– «Le hubiera gritado en la cara a mi jefe que es un incapaz y un sádico».
Pero fue muy correcto y provechoso no hacerlo.
Ya se ha dicho suficientemente, aunque no lo parece, que el hombre es»un ser emocional que razona».
O que puede y debe razonar.
Pero entre el ruido, el vértigo, y el poder de la vida «toda ya» en el frenesí de la urgencia y del espectáculo, el hombre va perdiendo la capacidad de razonar.
Estamos en el imperio del deseo.
Por eso el criterio pasa por sentir «que tengo ganas o no tengo ganas».
Vivimos quemando los «mandatos» en el fuego de una libertad suicida.
Como si todo mandato fuese un instrumento de sometimiento.
Cuando «no le dije» eso a mi jefe, fui libre, no esclavo.
Hay mandatos que nos comprometen por el hecho simple de ser razonablemente sensatos.
Libre de un estado ciego de cólera que me hubiera costado mi puesto de trabajo y un drama para mi familia. Y sin resolver nada.
Pero hemos glorificado la inmediatez del deseo y estamos sufriendo la decadencia de esa idolatría.
Pocas cosas hay mejores que ser lo que somos. Seres emocionales que podemos y debemos razonar.
El ideal no es el desenfreno. O la locura.
Noticias Recientes

Continúa la búsqueda de Sergio Dionisio Mancilla: Van cuatro días sin novedades
La desaparición de Sergio Dionisio Mancilla (63) sigue siendo un misterio, ya que han transcurrido...

Reforma Jubilatoria: qué modificaciones implica el proyecto por el cual echaron al titular del Anses
Noticias Recientes

«San Juan abraza a El Bolsón»: realizan una colecta para ayudar a las familias afectadas por los incendios
Noticias Recientes