«Sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo»

Escrito por Redacción SJN

26 May

Lectura de hoy, domingo 26 de mayo.

Lectura del santo Evangelio según San Mateo: 28, 16-20

En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea y subieron al monte en el que Jesús los había citado. Al ver a Jesús, se postraron, aunque algunos titubeaban.

Entonces Jesús se acercó a ellos y les dijo: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y enseñen a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándolas a cumplir todo cuanto yo les he mandado; y sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo».

 

PALABRAS DEL SANTO PADRE

Hoy, en Italia y en otros países, se celebra la solemnidad de la Ascensión del Señor. El pasaje del Evangelio (cfr. Mateo 28, 16-20) nos muestra a los apóstoles que se reúnen en Galilea, en el «monte que Jesús les había indicado» (v. 16). Allí tiene lugar el último encuentro del Señor Resucitado con los suyos, en el monte. El “monte” tiene una fuerte carga simbólica. En un monte Jesús proclamó las Bienaventuranzas (cf. Mateo 5, 1-12); en los montes se retiraba a orar (cf. Mateo 14, 23); allí acogía a las multitudes y curaba los enfermos (cf. Mateo 15, 29). Pero en esta ocasión, en el monte, ya no es el Maestro que actúa y enseña, cura, sino el Resucitado que pide a los discípulos que actúen y anuncien encomendándoles el mandato de continuar su obra. Les confiere la misión para todos los pueblos. Dice: «Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado» (vv. 19-20). El contenido de la misión encomendada los Apóstoles es el siguiente: proclamar, bautizar, enseñar y recorrer el camino trazado por el Maestro, es decir, el Evangelio vivo. Este mensaje de salvación implica, en primer lugar, el deber de dar testimonio —sin testimonio no se puede anunciar— al que también estamos llamados nosotros, discípulos de hoy, para dar razón de nuestra fe. Ante una tarea tan exigente, y pensando en nuestras debilidades, nos sentimos inadecuados, como seguramente los mismos Apóstoles se sintieron. Pero no debemos desanimarnos, recordando las palabras que Jesús les dirigió antes de ascender al Cielo: «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (v. 20). (Regina Caeli, 24 de mayo de 2020)

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