Escrito por Redacción SJN
2 Mar

Tras el pasado año 2023 y su proceso electoral, hay una percepción de que la Argentina enfrenta una especie de encrucijada, casi la última encrucijada, retomando el título del libro de Jorge Liotti. Después del reseteo de la Argentina con el regreso de la democracia en el ´83 y el de la crisis de 2001, llega este cambio brusco. Pero parece ser un reinicio que acumula demasiadas crisis, con una oportunidad final. Cuando usted se enfrenta al tema educativo, ¿cuáles son los puntos críticos que encuentra que se han acumulado y todavía no se resuelven?
La Argentina no resolvió el tema educativo desde los inicios de la democracia y eso se fue profundizando a lo largo de estos 40 años. En el ´90 se hizo un esfuerzo por el cambio. Uno podía estar de acuerdo o no, pero hubo un cambio educativo que después se cerró con la crisis de 2001 y, de ahí en más, la educación ha ido decayendo.
En ese momento confluyen muchos temas. En primer lugar, aparece una Argentina que no conocíamos, con una proporción grande de pobres y de marginalidad. Lo que se hizo fue ir virando las escuelas hacia una función más bien asistencialista y de control: control y, a la vez, contención de las nuevas generaciones. No mejoramos la formación docente ni cambiamos la orientación que lleva a tener a docentes con muy bajo salario. En segundo lugar, se fue profundizando la distancia entre las escuelas privadas y aquellos que podían mandar sus hijos a dichos colegios, y el grueso de la población que manda sus chicos a la escuela pública. Con el tiempo, vemos que la calidad ha bajado mucho para algunos sectores de la población al punto de que los chicos no reciben los instrumentos básicos de la cultura letrada.
Saber leer, escribir, nociones básicas de matemáticas.
Leer, escribir y un mínimo de cuentas y ni hablemos de nuevos saberes y conocimientos que este siglo XXI te exige para poder dialogar en nuestras sociedades, en nuestro mundo económico: me refiero a los conocimientos computacionales, el conocimiento complejo. Entonces estamos hoy en una situación que nos obliga a repensar la educación.
Educación en crisis. ¿Cómo educar a la Argentina empobrecida?
Quiero detenerme en este panorama donde hay una superposición de capas críticas acumuladas durante 40 años de democracia. Por un lado, está el problema de la pobreza. Por el otro lado, está la educación como un derecho extendido y la inclusión de esa pobreza dentro de las aulas. ¿El problema es la pobreza porque el sistema educativo, la formación docente, las políticas educativas no son apropiadas para transformar la pobreza en problemas pedagógicos e intervenir desde la pedagogía?
Algo de eso hay. Como siempre en la Argentina, hay dos polos en esa discusión. La pobreza no justifica que los chicos no aprendan. Todos los chicos pueden aprender. Sin embargo, todos los chicos van con un capital cultural diferente a la escuela. Por otro lado, cuando la pobreza está atravesada por la violencia con chicos marginales que viven en espacios de violencia, o de hacinamiento, es menor la posibilidad de los chicos de hacer un paréntesis en su vida para poder aprender. Entonces, sí, hay instrumentos pedagógicos para avanzar aún en esas situaciones, pero requieren, por un lado, ciertas sofisticaciones metodológicas. O, más que sofisticaciones, requieren cierta heterogeneidad y variedad en los instrumentos metodológicos precisamente para atender esa heterogénea situación de los chicos. Es decir, no usemos la pobreza como pretexto para que no aprendan, pero tampoco es cierto que la situación de aprendizaje es la misma en todos los chicos.
Los alumnos que provienen de familias escolarizadas tienen mayor facilidad para incorporar los saberes que provienen de la escuela; los otros, menos”. Por eso la falacia de la propuesta de que un chico puede ir a la escuela que quiera.
-Es decir que la escuela no lo puede hacer todo, pero puede hacer algo. Y para los más vulnerables, ¿el Estado debería también compensar esas posiciones de pobreza con planes alimentarios, planes de atención familiar, por ejemplo?
Efectivamente, pero que no sea la escuela la que se ocupe de eso porque lo que hemos hecho es transformar la escuela en el único polo de Estado que hay en ciertos espacios geográficos. Toda la atención de la escuela está en darle de comer a los chicos, o en la preocupación por temas de salud. La escuela tiene que detectar situaciones de violencia que sufren los chicos, que es la única que lo ha podido hacer, pero tiene que buscar auxilio en otras áreas, no debería ocuparse ella misma de la violencia que sufren los chicos. Tenemos una escuela que se ocupa de muchas cosas y lo pedagógico quedó al margen cuando debería ser la prioridad: la escuela está para eso, para enseñar.
Noticias recientes

Se disparan las tasas de interés y muchos bancos ya pagan más de 50% por los plazos fijos
La tensión financiera y la decisión del Banco Central de subir nuevamente los encajes bancarios...

Otra amenaza de bomba: activaron el protocolo en escuelas agrotécnicas de San Juan
Una nueva amenaza de bomba motivó la activación del protocolo de seguridad en distintas escuelas...

Gobierno y gremios docentes retomaron la paritaria en San Juan
Con la participación de funcionarios del Gobierno de San Juan y de los sindicatos docentes, este...